jueves, 12 de marzo de 2009

Laura


Los primeros rayos del alba entran por el ventanuco enrejado de mi celda, haciendo que las sombras de los barrotes se alarguen más y más, como cualquier otro día de mi cautiverio en manos del enemigo. Realmente solo soy consciente del amanecer y anochecer, ya perdí la cuenta de cuantas veces ha ocurrido esto, los días y las noches se suceden ante mí como gotas que caen del caño de una fuente, idénticamente iguales entre si en su cadente monotonía. Sin embargo tu siempre estas aquí, Laura, echada junto a mi mientras vas abriendo poco a poco los ojos, quitas tu cabello de mi cara somnolienta y me rodeas con tu brazo.
El rotundo eco de las pisadas resuena por los pasillos, los guardias empujan la rutina de cada día. La puerta se abre y salgo con la pesadez y somnolencia habitual encontrándome en el pasillo con el resto de mis compañeros prisioneros, todos tan iguales y tan distintos al mismo tiempo. Hace mucho que olvidamos quienes somos y de que nos conocemos, quizá por el aislamiento al que nos someten, o quizá porque en realidad ya no nos importemos en un intento de salvaguardar algo de la esencia de cada uno en su más profundo ser.
En fila nos conducen al comedor donde nos dan esa bazofia cargada de venenos para mantenernos en ese estado de sumisa estupidez, siempre trato de evitarla pero nos vigilan continuamente y esta muy penada la desobediencia. No es que tu cocina fuera la mejor Laura pero al menos era” baja en hidratos de carbono y grasas”, como tú decías después de que protestara.
Parece que hoy tengo especialmente dedicada una sesión, me conducen a las salas de tortura donde los batas blancas intentan exprimir más y más mi seca memoria, aunque nunca podrán desterrarte de ella, Laura, es lo único que me mantiene vivo. Preguntas, luz,descarga,luz,preguntas,agua,preguntas,luz,descarga,preguntas,...al fin terminó...me arrastran a mi celda y me tumban en el catre...necesito descansar...
Me despierto.....cuando las horas caminan muertas dentro de una celda solo queda despertar la imaginación, así las manchas de la pared se convierten en obras surrealistas, los ruidos apagados y monótonos juntos forman una extraña melodía, los acontecimientos pasados se reviven una y otra vez de modo que acabas viéndolos como una película de la que solo eres el espectador, las conversaciones que teníamos siempre acababan en la comisura de tu sonrisa irónica e inteligente.
Nuevamente comida emponzoñada pero esta vez me dirijo al patio...quizás hoy reciba mi encargo especial. Merodeo por allí mientras la tarda transcurre y el sol empieza a declinar...pero noto un susurro a mi espalda...
-¡Eh!...Montano, tengo tu encargo, te lo paso por atrás, ¿OK?...muy bien....de parte de “Napoleón” gracias por el favor, ya estáis en paz....hasta otra ocasión....
Al fin tengo la llave que me da la libertad, el arma que permitirá mi huida, mi cautiverio llega a su fin. No podría soportarlo más, solo si tú no existieras podría morir aquí, aunque mi auténtica prisión eres tú…Me dirijo al pabellón médico, nadie notará mi ausencia hasta que metan a todos en sus celdas, si es necesario mataré a quien se interponga y huiré en el camión de desperdicios. Por fin recuperaré la libertad que tú me robaste, pronto la recuperaremos los dos, para siempre...

En otra parte del complejo...
-Buenas tardes Dr. Jiménez, parece que vamos a tener temporal esta noche.
-Hola, ¿cómo está Dr. Dávila?, parece que si y eso afecta de una manera negativa a los internos.
-Por cierto, ¿como va su paciente?, el Sr. Montano, me comentaron que padecía una paranoia adquirida durante su cautiverio en manos del enemigo por la cual sigue creyendo que lo está, ¿es así?
-Sí, así es, su largo cautiverio creo una realidad uniforme y continua en el tiempo, todo por mantener su refugio particular en su mente creado a raíz de su encierro, sobre todo personificado en la figura de su antigua novia, una tal Laura , que por cierto ha rehecho su vida.
-Un caso complejo Dr. Jiménez ¿qué terapia sigue?
-Tratamos de hacerle ver que esa realidad que ha creado es falsa y que tiene que reconocerse, autoafirmarse y crear de nuevo su propia vida, para lo cual la figura de Laura debe desparecer.
-Espero que tenga éxito por él, Dr. Jiménez.
-Todos lo deseamos, Dr. Dávila, entremos en el pabellón sanitario, la noche se está poniendo mala.

FIN

1 comentario:

  1. A veces una persona no se sabe si nos da la vida o nos la quita

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